viernes, 14 de octubre de 2016

Teoría Marxista de la alienación

Teoría marxista de la alienación: La 'teoría marxista de la alienación en la filosofía marxista es la interpretación ideológica del concepto psicológico y sociológico de alienación considerando que el trabajador, desde el punto de vista capitalista, no es una persona en sí misma, sino una mano de obra que puede representarse en su equivalente económico: el trabajador es una determinada cantidad de dinero, utilizable, como mano de obra, para la multiplicación del mismo.
Marx, quien fue fuertemente influido por la filosofía hegeliana, toma el término y lo aplica al materialismo; en concreto a la explotación del proletariado y a las relaciones de propiedad privada. En su enfoque, denominó alienación a las distorsiones que causaba la estructura de la sociedad capitalista en la naturaleza humana. Aunque era el actor el que padecía la alienación en la sociedad capitalista, Marx centró su análisis en las estructuras del capitalismo que causaban tal alienación.
Actualmente, como la mayoría de los conceptos filosóficos e instituciones sociales, la alienación -como categoría analítica- se encuentra en una crisis teórica debido a las profundas transformaciones sociales que han dado paso a la sociedad posmoderna. El desarrollo de la sociedad ha complicado el análisis de los mecanismos sociales de alienación dirigiéndolos hacia nuevas y más sutiles formas que precisan ser estudiadas. Entre los autores inspirados por Marx, que efectúan ese análisis, destaca, por ejemplo, Herbert Marcuse.
El concepto marxista de alienación incluye cuatro componentes:
En la sociedad capitalista, los trabajadores están alienados de su actividad productiva. Los trabajadores no trabajan para sí mismos, para satisfacer sus propias necesidades, sino que trabajan para unos capitalistas que les pagan un salario de subsistencia a cambio del derecho a utilizarlos en lo que deseen. Trabajadores y capitalistas creen que el pago de un salario significa que la actividad productiva pertenece al capitalista, por lo que los trabajadores están alienados respecto a su actividad. Así, la actividad productiva se reduce únicamente a ganar el suficiente dinero para sobrevivir.
Los trabajadores están alienados no sólo respecto de las actividades productivas, sino también del objeto de esas actividades: el producto (ya que éste no pertenece a los trabajadores y no pueden utilizarlo para satisfacer sus necesidades primarias). El producto, como el proceso de producción, pertenece a los capitalistas, que pueden usarlo como deseen, vendiéndolo generalmente para su beneficio. Así, los trabajadores no tienen una percepción correcta de lo que producen, y menos aún en largas cadenas de producción.
En el capitalismo los trabajadores están alienados de sus compañeros de trabajo. El capitalismo destruye la cooperación natural, produciendo una sensación de soledad. Por otro lado, el capitalista enfrenta a los trabajadores entre sí para detectar cuál de ellos produce más, trabaja más rápidamente y agrada más al jefe, generando hostilidad entre los compañeros de trabajo.
En la sociedad capitalista los trabajadores están alienados de su propio potencial humano. Los individuos cada vez se realizan menos como seres humanos y quedan reducidos al papel de bestias de carga o máquinas inhumanas. La conciencia se entumece, y el resultado es una masa de personas incapaces de expresar sus capacidades específicamente humanas, una masa de trabajadores alienados.

Explotación del hombre sobre el hombre: expresa que la explotación del hombre por el hombre es, fundamentalmente, una injusticia que se comete cuando un individuo o un grupo obtienen de otros, vía violencia, vía coerción, cosas que no les corresponden. Y se traduce, en forma inmediata, en una disminución de los bienes de los ‘explotados‘. Y, finalmente, de los bienes de la sociedad en general. La explotación laboral se define, en pocas palabras, como recibir un pago inferior al trabajo que se realiza. Karl Marx desarrolló su teoría de la economía del capitalismo con base en la idea de explotación laboral (esa diferencia que no se le paga al trabajador, y que se la queda el capitalista, es llamada plusvalía). Aunque la temática de un trabajo mal pagado para lo que se realiza suele ser relacionado a la explotación laboral, en un amplio término puede abarcar diferentes situaciones desde el abuso por parte del empleador hacia el empleado hasta la precariedad laboral.
Asociado a este término, la alienación o enajenación es la circunstancia en la que vive toda persona que no es dueña de sí misma, ni es la responsable última de sus acciones y pen­samientos, que Marx generalizó como la condición en la que vive la clase oprimida en toda sociedad de explotación, en toda sociedad que admite la propiedad privada de los medios de producción, donde el hombre pasa de ser un fin en sí mismo a ser un mero medio o instrumento para la producción. Cuando la actividad que realiza la persona le anula, le hace salir de sí mismo y convertirse en otra cosa distinta a la que él mismo propiamente es, decimos que dicho sujeto está alienado.  Franz Kafka ilustró esto haciendo ver como una cucaracha al protagonista de su obra “Metamorfosis”.  La alienación principal es la alienación económica.
Así pues, los principales elementos del concepto de explotación del hombre por el hombre serían:
Un individuo o grupo (explotadores) que al ser propietario de los medios de producción fuerza a otro grupo (explotados) a realizar un trabajo en exceso.
La referida fuerza se aplica mediante violencia.
Los se quedan con una parte de los bienes producidos que no retribuyen a los explotados (plusvalía).
Como resultado de ellos los explotados experimentan sensación de ser usados como medios de trabajo, y ello contribuye a anular o modificar su personalidad.

Aspectos del marxismo:
Materialismo histórico                                                             
El acercamiento marxista a la interpretación de la historia se conoce como materialismo histórico. Karl Marx creía que la evolución de la sociedad a través de los periodos en la historia podía ser determinada por el uso y posesión de distintos modos de producción. De acuerdo a esta teoría, el Manifiesto Comunista sugiere que la historia de la sociedad podía ser categorizada por sus características económicas. La primera categoría, el comunismo primitivo, era no jerárquico y contenía ninguna forma de posesión. Después, una sociedad esclava vio la formación de las clases sociales. El tercer periodo se concentra en el feudalismo, en donde unos pocos aristócratas pertenecían a una clase, y un gran número de campesinos pertenecían a otra. El cuarto periodo histórico describe al capitalismo, una época en donde los capitalistas que poseían máquinas tenían la mayoría de la riqueza, mientras que la mayoría de los trabajadores tenían muy poca. Marx sugería que un periodo final de la historia sería el comunismo, creyendo que esto sería la conclusión lógica, en la que evolucionaría una sociedad sin clases con la propiedad de los medios de producción.
Capitalismo y sociedad
El marxismo critica la economía capitalista y su efecto en la sociedad, sugiriendo que el capitalismo lleva a la gente a desprenderse de la sociedad mientras que los trabajadores tengan roles específicos, en producir una parte de una máquina, por ejemplo, y que no se involucran en la gran tarea de diseñar y construir tal máquina. Ni trabajan juntos con la gente como están destinados en una tarea, y el valor sólo se les otorga en relación a su trabajo. Esto previene que los trabajadores obtengan satisfacción, que es importante en llegar a un valor propio y a un bienestar espiritual. El Manifiesto Comunista también sugirió que el capitalismo aleja a los propietarios de fábricas de la clase media o la burguesía, de la sociedad al explotar a las masas trabajadoras.
Producción capitalista y la clase social
Marx abogaba que el capitalismo crea una jerarquía de las clases económicas, que estas clases estaban alejadas una de la otra, y que cada clase puede ser definida por su relación con la producción y el capitalismo. De acuerdo a esta filosofía, las dos clases más importantes en una sociedad capitalista, eran la burguesía, definida por el hecho de que poseían o tenían negocios, y el proletariado o los trabajadores. Las categorías también podían subdividirse. Una creencia marxista es que el costo de los bienes debe ser relativo al trabajo y el tiempo involucrado en su producción, en vez del enfoque capitalista de hacer ganancias, que explota a los trabajadores e inhibe la movilidad social.

Revolución
La teoría marxista cree que la revolución es la única manera de lograr un verdadero cambio social, pues los que tienen riqueza y poder no abandonarían sus privilegios voluntariamente, y que este cambio es inevitable como ha demostrado la teoría del materialismo histórico. El Manifiesto Comunista sugiere que las condiciones creadas por la Industrialización han hecho de la revolución una posibilidad, ya que un gran número de trabajadores han sido entrenados a trabajar juntos en las fábricas. Aunque hubo algunos levantamientos cuando el Manifiesto Comunista fue publicado, no hubo un gran cambio en la mayoría de las sociedades capitalistas.

Críticas a la sociedad por parte del marxismo:

El capitalismo ha sido criticado desde muchas perspectivas durante su historia. Las críticas varían desde gente a quienes les desagrada los principios del capitalismo en su integridad hasta aquellos que discrepan con los resultados particulares del capitalismo. Entre los que desean reemplazar el capitalismo con un método diferente de distribuir los bienes, se puede hacer una distinción entre aquellos que creen que el capitalismo solo puede ser superado con una revolución (por ejemplo, la revolución socialista) y aquellos que creen que el cambio puede venir lentamente por medio del reformismo (por ejemplo, la democracia social). Algunas críticas reconocen méritos en el capitalismo y buscan equilibrar el capitalismo con alguna forma de control social, típicamente a través de regulación gubernamental (por ejemplo, el Partido Laborista (Reino Unido).

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